La cucaracha que me cruce en el pasillo antes de irme de vacaciones la he vuelto a ver cercana a mi maleta.
¡Increíble!. Su fe en las vacaciones es tan ardiente como mi locura parásita y veraniega.
¿Porque el tiempo libre nos altera?. La filosofía hedonista y activa de nuestra raza se encuentra inmersa en un ocio clínico y superfluo.
Las nalgas de mi vecina de playa se alteran cual brisa, el niño hiper-activo se mezcla con la ola. Paisaje estival, sexo, paella, discusiones ante el chiringuito. La rara mezcla cosmopolita nos atrae. Un amigo al caminar juntos me señala a un grupo de niños:
_Ves, un partido interracial. Cuento cinco negros de un lado y cinco blancos del otro. Es Pineda de Mar, corazón de la Costa Brava.
La fría y trivial sociedad veraniega se atasca. La cucaracha se monta en su sopor y mezcla ricino y queso manchego.
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