
Hace varios días bebiendo una cerveza con dos personas surgió en la conversación el concepto de felicidad. Uno de ellos la definió de la siguiente manera: "cuando preparo las llaves para sacar a pasear por la playa a mis dos perras, siento que ellas son felices, cuando lo lógico seria al verlas corretear por la playa en absoluta libertad". ¿Es quizás la felicidad el momento previo a la satisfacción de un deseo?. Los individuos construimos nuestras actividades o establecemos nuestros vínculos mediante un trabajo previo de motivación. Aparece ante nosotros la búsqueda del placer como forma de gratificarnos.
¿Es efímera la felicidad?. Si. Es un chispazo que precede a un corto momento vivencial. En dicha charla otra de las personas apuntaba: "cuando preparamos un viaje para visitar a unos familiares que hace mucho que no vemos es un gran momento de realización espiritual. Ello cambiara al llegar, verlos y a medida que pasen los días". Es otro aspecto para ver la misma situación. ¿Pero que ocurre cuando confiamos la satisfacción de ese deseo a una cuestión material?. Una vez que hemos comprado el objeto que deseábamos, surge dentro nuestro una nueva necesidad que nos plantea el dilema de una nueva compra que genere un nuevo chispazo. Epicuro planteaba con respecto a la felicidad, una ética que insistía en el control de las emociones, una austeridad en el vivir.
Hace unos días una distinguida señora de 55 años se cruzo en mi camino y de toda la conversación que con ella mantuve deduje que su gran insatisfacción era en la falta de una pareja estable, o dicho de otra forma en la ausencia de amor con un partenaire masculino. Para estas personas la felicidad reside en la compañía, el intercambio, que no pueden reemplazar la relación con su madre o su hijo mayor. Estas personas sienten que no están completas, que sus días se alargan en la soledad. La felicidad por tanto es sentirse amado, contenido. En un programa de televisión muy conocido, dos personas que estaban casadas decían que no hablaban entre ellas desde hace 10 años, pero que eran incapaces de divorciarse. ¿Y el sexo?. ¿Influye en la felicidad?. En algunos momentos el orgasmo compartido o el autoerotismo producen un sentimiento cercano a la satisfacción que nos retrotrae a la alegría. También para algunos les pasa con el dinero, Tio Gilito lo definía hace poco en un comic:
Tio Gilito: "¿Como os atrevéis a perturbar la construcción de la nueva carretera a mi fabrica"?.
Los sobrinos: "Pero, Tio Gilito... este roble tiene mucho valor. Le llevo cien años crecer así".
Tio Gilito: "Y a mí me llevó casi cien años hacerme así de rico".
Todo lo que hemos dicho hasta el momento sigue sin resolver el dilema. Si la felicidad es tan solo ese momento previo de preparación, reproducir ello sucesivamente implica un esfuerzo considerable. Para este autor abordar esta situación le lleva a la ambigüedad:
Es una letanía,
que interpreta el sin sentido de la psique humana.
Para otros este sentimiento se define como el beber una cola, para ello he escogido la cola de moda en los años 50.
cuanta nostalgia... tengo 20 años... pero que bueno recordar esto, no?
Publicado por: Esteban | 20/09/08 en 21:37