Kant se enfrenta a una particular intriga, saber cual es el aspecto en que el conocimiento es a priori, es decir existe sin necesidad de la experiencia. Para ello distingue entre juicios analíticos y sintéticos. Los primeros explican el concepto del sujeto, los segundos lo amplían. Dirá Julián Marías que “la ciencia requiere un saber a priori que no este limitado por las contingencias de la experiencia aquí y ahora”.(1)
Los empiristas ingleses con Hume a la cabeza habían establecido que las leyes de asociación se construyen desde la experiencia basada en la costumbre y no producen conocimientos universales sino particulares y necesarios. La ciencia desde esta perspectiva estaría limitada por los contenidos externos que llegan hasta nosotros.
Para Kant por el contrario deben existir elementos a priori que nos permitan entender y encauzar lo que: “hasta ahora se admitió –como- que todo nuestro conocimiento debía regirse por los objetos”. Por ello es razonable deducir que de seguir esta línea nos someteríamos a una actitud de expectativa sin podernos adelantar a la experiencia.
Es por ello que el a priori supone que nuestra reflexión produzca o imprima una huella en todo lo que aprehende de los estímulos o fenómenos que recibimos. Es la capacidad de dar forma a través de reglas establecidas. Surge el concepto de trascendental, que es un modo de conocer en relación con los objetos.
“Partiendo de fuera, de las cosas tal como son en sí, afluyen a nosotros los estímulos sensibles en forma de sensaciones. Son mera materia, una confusión, un caos, pero son ordenados por las formas conceptuales de espacio y tiempo, que son de vigencia universal y a priori, más allá de lo accidental y fortuito de los estímulos sensibles”(2). Los conceptos espacio y tiempo adquieren un valor objetivo pero son asumidas como un acontecer subjetivo. ¿Y este acontecer como se expresa?. El “pensamiento, pues, al ordenar el caos de las sensaciones, hace las cosas”(3).
Para ello Kant elabora las categorías, como forma de enunciar una intuición y con ello elaborar el concepto o juicio. “Nuestro conocimiento brota de dos fuentes primordiales del espíritu, la primera es la facultad de recibir las representaciones (receptividad de las impresiones), y la segunda, la facultad de conocer con el pensamiento un objeto mediante estas representaciones (espontaneidad de los conceptos)”
Para él estas categorías provienen de los juicios que son modos de síntesis. Para ello elabora una tabla. Cantidad. de unidad, pluralidad, totalidad. Cualidad: realidad, negación, limitación. Relación: inherencia y subsistencia, causalidad, comunidad. Modalidad: posibilidad e imposibilidad, existencia o no, necesidad y contingencia.
Dirá Julián Marías al respecto: “pero el conocimiento real solo es posible cuando a los principios formales se añade la sensación o la experiencia”(4). En un ejemplo clásico de Kant este afirma “no me es igual tener cien escudos posibles o cien escudos reales; ¿en que consiste la diferencia?. Los escudos efectivos están en conexión con la sensación, están aquí, con las demás cosas, en la totalidad de la experiencia. Es decir, la existencia no es una propiedad de las cosas, sino la relación de ellas con las demás.
(1) Breve historia de la Filosofía, Johannes Hirschberger, pag. 214. Editorial Herder. Año 1976
(2) Pag. 279 J. Marías Historia de la Filosofía. Biblioteca de la Revista de Occidente. Año 1965
(3) Pag. 278, J Marías Idem
(4) Pag. 283, J Marías Idem
-La crítica de la razón pura es publicada por primera vez en 1781.
mm interesante lo de Kant, sin duda un gran filósofo dentro de la historia de la filosofía, aunque faltan elemntos en el texto que s epodrían profundizar
Publicado por: Geras | 25/06/08 en 19:42
hee este es un gran filosofo junto con platón y aristoleteles cosntituyen el hilo del conociemiento.
ala !!! tengo un exmane de 8 autores (filosofos) este viernes...
Publicado por: yohhaggard | 01/07/08 en 21:58