Hace unos meses publiqué (octubre de 2005) este articulo, con la renuncia de Pascual Maragall sigue vigente. Queda pendiente hablar del próximo actor: Montilla.
Rompiendo un poco mi norma de no escribir sobre los políticos he decidido despedirme. Vote en su momento después de muchos años de no hacerlo en las autonómicas al Partido Socialista para ayudar al cambio de 23 años de gobierno de Pujol.
El viernes en la reunión en Madrid entre Carod Rovira (el nuevo fascismo democrático), Jose Luis Rodríguez Zapatero y Montilla -secretario del Partido Socialista en Cataluña- han decidido poner límites al liderazgo paranoico de Maragall.
La vida política de este hijo burgués de la sociedad catalana se encamina al ocaso. ¿Qué podemos hacer?. Poco y nada. Para quienes conocen a los otros tres lideres mencionados se entiende que los días del President estén contados. Tres políticos ambiciosos, duros fajadores y con una carga de ideología roja abundante han decidido su suerte.
Me permito extraer un trozo del autor de la “Zaga de los Maragall”, su autor Víctor Batallé dice: “había un debate de fondo que suena muy familiar: Pascual Maragall quería reformar el partido de los socialistas de Cataluña desde dentro, hacerlo más afín al Partido Demócrata americano y en contra de las ideas más ortodoxas de los capitanes de la Federación de Barcelona. Pero Pascual Maragall había perdido la batalla y de una forma que le hacía mucho daño: le habían tocado a la familia y habían puesto en entredicho la capacidad de su hermano. La fiesta patronal de la Mercé
del año siguiente tuvo un nuevo alcalde: Joan Clos”(1).
Se aleja con este líder un proyecto útil -pero ajeno a la sociedad española-, que sus lideres expresen la diversidad de la organización que representan y no el aparato burocrático que está prisionero de las intrigas y el tacticismo. Es clásica la idea expresada por Maragall que en una reunión política es líder aquel que se levanta último de su asiento.
En estos días que la clase dirigente catalana da titulares a los periódicos para todos los gustos, la endogamia y el tacticismo conservador de Montilla y el radicalismo verbal e inexperto de Carod Rovira han encontrado su aliado en Madrid.
(1)Víctor Batallé. La Zaga de los Maragall. Ed. Esfera de los Libros.
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