fragmentos desde la tumbona
Han aparecido dos artículos sobre el País Vasco en La Vanguardia cuyo autor es Roberto Velasco. Los fríos datos estadísticos nos muestran como esta sociedad se aleja lentamente del crecimiento medio de la Economía Española (y con más distancia aún de sus referentes históricos la Comunidad de Madrid y Cataluña).
Siempre me ha sorprendido observar que los actores del entramado terrorista y el hiterland de Herri Batasuna fueran tan jóvenes.
Pero si regresamos a los datos, vemos como el crecimiento de la población en esta comunidad es la tasa de natalidad mas baja de Europa y su saldo migratorio es negativo (con una perdida de 5.000 personas/año). Debemos sumar además un crecimiento del PIB del periodo 1992/2002 que representa la mitad de Cataluña/Madrid. En cuanto al peso de las exportaciones dentro de la economía media española ha pasado de representar desde un 14% al 8% actual.
Podríamos agregar otros datos, pero intentare detenerme en el núcleo de este atraso relativo. Para muchos la economía aparece como una ciencia externa. Para otros no es mas que el fiel reflejo de las decisiones criticas que cada sociedad interpreta o describe como el resultado del “buen hacer”. Para citar otro ejemplo, los argentinos en los años de la igualdad peso/dólar creían que aquello era expresión de su verdadera riqueza. La crisis posterior destruyo la ideología. En el caso de Euskadi, la discusión respecto a la convivencia (el modelo de sociedad y su relación con la sociedad española) se esta alargando demasiado y afecta a la estabilidad de la economía y sus previsiones (inversiones, recursos humanos, deslocalizacion, capacidad de competir, etc.).
¿Explicaciones al respecto?. Diríamos que existen de todos los colores. Si me permiten esbozare alguna.
La ruptura del modelo industrial a partir de 1983 y la perdida en la década siguiente del 43% del empleo de este sector ha cambiado “la jerarquía existente entre las diferentes actividades productivas”, lo que ha supuesto “un descenso relativo de la producción, aumento proporcional del paro, inversión de la corriente migratoria, desaparición del dinamismo inversor, desplazamiento de centros de decisión a otras regiones, etc(1)”. Es en esta fase cuando el radicalismo político asume la ideología de la protesta y se trasmuta en organizaciones donde el dialogo es reemplazado por el terror y el aventurerismo.
Nace el discurso de la Kale Borroka y el desprestigio de las instituciones democráticas es reemplazado por la ideología asamblearía y sectaria.La crisis del modelo de sociedad –de Euskadi- es el fin de una sociedad industrial que no es capaz de ingresar en las nuevas apuestas de comunidades autónomas como Cataluña/Madrid. Basten unas pinceladas tales como: el aeropuerto como generador de visitas del turismo, la terciarizacion del conjunto del territorio, la inmigración masiva para cubrir los puestos de trabajo más baratos, la construcción y el consumo del territorio convirtiendo lo urbano y lo agrícola como un continuo integrado.
(1)Roberto Velasco, La Vanguardia, 14/15 de agosto de 2006
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