Es acido. Muchos lo beben a sorbos para limpiar el hígado. Otros lo destilan y guardan en pequeños frascos para aplicar a las heridas que la sociedad genera. Resulta extraño que mientras una sociedad se inflama, la paciencia del gobernante observe que el escaparate se rompe pero hasta cierto punto, cree, que es necesario. Luego al tercer día, 25.000 policías cabalgaran entre los manifestantes, o piquetes para preparar la vuelta al orden. Detrás del páramo y caminando hasta la suave colina Vd. amigo lector y este autor, no dudan de ver como los supermercados se asfixian de falta de pollo deshuesado y pescado en rodajas, o la economía se resiente de esta iracunda fiebre, de falta de interlocución entre el poder y los transportistas. Y un poco más alejado, millones de perdidas de la industria automotriz, o del sector servicios. Esta fogosa antipatía que estalla delante del gobernante se parte como una nuez enferma y harta. Se parte pero no… es la crisis
Y el gobernante aparece al tercer día. Ebrio del papel de optimista. Y hace un recuento de sus medidas. Pero en la lista, primero estan sus 25.000 mastines en la calle. Alejando aquel ruido de camioneros plantígrados y estupefactos de la vera del poder. Situándolos en los márgenes del sistema. La crisis, la que el gobierno optimista no se atreve a nombrar, empujara con fuerza una aguda reconversión de esta buena gente que se ha partido trabajando por el país hasta 12 horas largas durante muchos años. ¡Que importa!. El grifo del dinero del superávit matara la falta de gestión y los tres meses que llevan en el poder sin más historia que el nuevo palabrote. ¡Ser una miembra!.
Es así como el limón aparece lentamente en el castillo del poder. El gobernante telegénico y del talante ya ha aprendido otra nueva lección. Primero dejo que os echéis al monte, y ya en las zarzas hundidos y fieros, os rescatare con mis tropas y os soltare algo para el viaje…
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El genio y la creatividad de estos días es parte del país, enfrentados a ellos, encontramos al gobernante del discurso ágil y hueco.
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