Estamos en una época en que las relaciones se interpretan en clave de triunfo o de espiritualidad. Es decir si vamos a votar en EEUU, la discusión es entre un ciudadano de color (negro) que promete un cambio del establishment, confiándonos “sotto voce” que el viene de provincias y se enfrenta a Washington. Es cuando nos dice, al solicitar el voto en la carrera por la nominación: “La historia sobre de dónde vienes, qué te ha llevado a interesarte por el proceso político, las cosas que te importan y las razones por las que formas parte de este movimiento puede inspirar a cualquiera que vaya a votar. Mándala  ahora a: www.my.barackobama.com/superdelegates. O una de las frases de su pagina web: “No Washigton lobbyst Money”

También Sarah Palin(2), la candidata republicana presume de un cierto alejamiento del poder, pero además es mujer, y con unos sólidos principios morales.

Pero esto no acaba aquí, si revisamos la historia personal de McCain vemos que a pesar de ser un senador del régimen, desde hace 40 años, la prensa no deja de destacar su capacidad de resistencia en la guerra de Vietnam o su carácter impulsivo. Pero nada mas explícito que observar las fuertes limitaciones físicas del individuo.

¿Se debaten programas? No.

¿Tal vez el cambio de Obama esta en su propia piel? Y si fuera esta percepción la correcta, deberíamos considerar que le votaríamos con una dosis de confianza, para luego ver al verdadero político. No deja representar un gran riesgo…

Ha quedado fuera de lugar Hillary. Pero los Clinton no por ello dejarían de simbolizar el concepto de políticos trabajadores y profesionales con una pizca de liderazgo que se construye en el diapasón diario.

Gane uno u otro, todos nos remiten a un fugaz concepto: vóteme a mí porque le ofrezco más confianza.

Para las sociedades democráticas de Occidente, el desencanto hacia sus políticos profesionales es tan alto que cualquier pasta de diente sabe mejor. El sabor es lo que nos atrae del lado oscuro del líder.

Hace unos días, Joan Valls nos decía refiriéndose a la derecha española que tal vez era necesario un cambio: “Así que la única opción en estos momentos es la creación urgente de un partido político de concentración nacional que incluya a los mejores, en el sentido platónico del término. Un partido que, precisamente por eso, excluya a políticos profesionales y cuya aspiración sea convertirse, en el plazo máximo de dos legislaturas, en el árbitro de la política española” (1). En fin, una suerte de regeneracionismo que responde a un momento vital de la sociedad. Pero este autor no prefiere analizar la otra cara del país. Me refiero al apasionado liderazgo de ZP. Un difícil e inexplicable concepto de líder reformista, que vive a contrapelo de las necesidades reales de nuestro momento político. No deja de ser una fotografía -la de Rodríguez Zapatero- que surgiría como recambio político en la propia brasa del 11-M. Doy por supuesto, como los psicólogos, que el origen marca el desarrollo.

¡Y aquí estamos!, la novela del Far West, esta vez, nos enfrenta a la elección entre un candidato negro, de pasado africano, con un discurso de la voluntad y un candidato héroe asociado a una mujer de sólidos principios.

¿Quién vencerá?

Si lo analizamos con una mirada europea, será Obama. Pero con una mirada del liderazgo americano hay empate. Y cuando las fuerzas están parejas, los héroes no sienten miedo al precipicio.

(1) Se nos acaba el tiempo. Autor Joan Valls 

(2) "No soy un miembro del establishment político", dijo. "Y he aprendido rápidamente, en estos pocos días, que si no formas parte de la élite de Washington, los medios de comunicación te descalifican por alguna razón. Tengo algunas noticias para todos esos reporteros y comentaristas: no voy a Washington en busca de vuestra aprobación; voy a Washington para servir al pueblo de este país". Sarah Palin