En toda crisis de la economía, analizar la oferta monetaria es necesario. Para el reciente premio Nobel de Economía, Poul Krugman esta incluye las “formas de riqueza que pueden usarse de manera mas o menos directa para comprar cosas”. Para ello los bancos centrales pueden de acuerdo a la teoría monetaria controlar su volumen y hasta un cierto límite los depósitos bancarios. Pero dirá también que “las acciones, los bonos y los bienes raíces no son dinero, porque hay que convertirlos en efectivo, antes de usarlos en la compra”. Este último aspecto incluiría los Derivados financieros. Para cualquier lector un derivado financiero es el pago del seguro de la casa, en el que apostamos por un precio, a que esta no sufrirá un incendio y si ello ocurriera, cobraríamos un porcentaje que nos resarciría del accidente. Estos productos que ya existían aumentaron su popularidad al calor de la ola de desregulación financiera.
Bajo las premisas anteriores la inyección de dinero de los gobiernos occidentales para salvar a multitud de bancos y aseguradoras, entraría a formar parte de la base monetaria que no controla el Banco Central Europeo o la Reserva Federal de EEUU. Por ello deberíamos afirmar que el paquete de medidas adoptados por un valor de tres millones de Euros, representa un desbordamiento del control de la oferta monetaria de los Bancos Centrales.
Solo deberíamos resumir algún ejemplo. El gobierno holandés ha entregado a ING 10.000 millones de Euros –sin pasar por el Parlamento- para aumentar su ratio de seguridad. A cambio recibirá un bono por su dinero, dos puestos en el Consejo de Dirección y 850 millones de Euros anuales de renta. En el Reino Unido el plan supone la friolera de 650.000 millones de euros con la contrapartida de asegurar las acciones que representan dicho valor, afirmando además que no intervendrá en la gestión de dichos bancos. Pero las declaraciones de Gordon Brown permiten dudar de hacia donde ira el invento. En EEUU el gobierno Bush ha a dado via libre a la quiebra de Lehman Brothers y ha entregado por ahora hasta 18.000 millones de dólares a cada banco en apuros. En España, donde su sector financiera esta capitalizado y bastante solido, el gobierno ha llegado a un acuerdo con el partido de la oposición para crear una comisión técnica que gestione los 150.000 millones de Euros de avales y préstamos –a precio de mercado- que formaran un colchón preventivo. Esta descartado por ahora la nacionalización de algún banco en crisis. Pero no deja de sorprendernos las manifestaciones de dicho gobierno al afirmar “lo máximo que se conocerá –se refiere a los contribuyentes- es cuánto dinero han solicitado el conjunto de las entidades que hayan acudido a la subasta, ni tampoco se incluirá en los informes que el Ministerio de Economía presente al Congreso de Diputados”.
Esta política monetaria era impensable hace dos años, en que se aceptaba a pie juntillas que el BCE : “Según estos estatutos, [su] misión es mantener la inflación por debajo del 2% y potenciar el crecimiento económico solamente cuando las presiones inflacionistas hayan desaparecido. Este mandato es el más estricto de todos los de los principales bancos centrales mundiales, siendo claramente más conservador que el de la Reserva Federal de EEUU, que históricamente se ha mostrado más flexible y predispuesta a impulsar el crecimiento en momentos de recesión” (2). Ahora, con los planes de rescate algo ha ocurrido:
Ha despertado el apetito del poder político. Se ha abierto un camino para ejercer la política monetaria desde los gobiernos nacionales.
Antes deberíamos considerar algunos aspectos. Tanto M Friedman o Krugman están de acuerdo al analizar la crisis de 1929, que el deseo repentino de liquidez por parte de los bancos redujo los prestamos y con ello acentuó la depresión. La crisis de confianza se contagio a los individuos particulares, acentuando en ellos sus deseos de liquidez, para aminorar su miedo a perderlo todo. En estos días, la actitud de los gobiernos con respecto a mantener la masa monetaria y con ello la salud del sistema financiero, nos lleva a deducir que intentan evitar el pánico de los ciudadanos y con ello el desplome del gasto (1).
Llegados a este punto, tal vez deberíamos considerar si esta fiebre intervencionista -del poder político- que cabalga encima de una parte de la opinión publica, que no olvidemos, es reacia a ayudar al sistema financiero, entre otras razones a que esta convencida de su apetito voraz en los negocios. Ello nos lleva a preguntarnos: ¿ hacia donde se iremos?. Esta asumido por la sociedad, que los millones invertidos en el rescate de la banca, plantean un serio dilema.
El más crucial, consiste en constatar que la política monetaria ha entrado en el reducido circulo de los políticos. También vemos como este poder que se había alejado de este diseño, asume ahora de intermediario entre la sociedad y el sector financiero, aupado en las tendencias de la opinión pública que persiguen castigar el afán de la riqueza.
Es la era de los reguladores, estos nuevos gurús afirman: “el miedo domina a los mercados, solo queda cerrarlos”(2). Ante lo cual uno no puede más que sorprenderse, sin intercambio que nos queda. Un viejo zorro les respondería desde el mas allá. Decía Carlos Marx: “la proporcionalidad de la producción capitalista surge como un proceso constante a partir de la desproporcionalidad”(3), lo que nos permite destacar que la tarea del mercado es poner de manifiesto esta desproporcionalidad en la crisis y generar la respuesta en cada momento.
Pero, no estaría de mas, recordar algunos elementos del comportamiento político de hace tan solo cuatro años. Robert Samuelson en su columna de El Mundo, nos dice que en el caso de EEUU el “gobierno de Clinton apoyo sin reservas la desregulación financiera”. O que “el Congreso autorizo a Fannie y a Freddie a funcionar con capital escaso. El Congreso incremento asimismo el porcentaje de hipotecas de ambas sociedades que tenían que ir a parar a compradores de rentas bajas y medias”. Otro periodista económico, desde el lado británico, Simon Jenkis afirma, que la causa del crack esta en que: “los políticos británicos –se refiere a Gordon Brown- y estadounidenses [fueron] quienes animaron a la gente a comprarse viviendas que apenas podían pagar. En el ejemplo español, el boom de la vivienda se origina bajo los gobiernos de Aznar, pero causa sonrojo como Zapatero no hizo nada durante sus primeros cuatro años para reducir o salir del boom, salvo que alguno mencione la famosa política de viviendas en alquiler, que es mejor ni siquiera citar por sus escasos resultados.
Es por ello que de la multitud de artículos publicados estos días, no podemos mas que acercarnos a la zozobra, al ver que los roles intervencionistas, se acentúan hasta limites que podrían llevarnos al camino contrario de donde venimos. Sin considerar el afán que determinados políticos del estilo Sarkozy o Brown o Zapatero para participar en la refundación del capitalismo.
Un grafico editado en estos días (ver material extra), nos muestra como la política monetaria esta encontrando su suelo. Es decir mientras esta mas crezca y desaparezca del control del sector financiero peores serán las consecuencias. ¿Qué queda para el rol del poder político?. Tal vez primero, restablecer la confianza, un segundo aspecto es clásico: emprender reformas valientes. En este último aspecto es donde se verán los verdaderos liderazgos y las sociedades o países con más futuro. Mientras tanto dejemos que un grupo de políticos refunde el capitalismo.
Nota:
¡Buahh!. El muerto goza de buena salud. Tal vez necesita alguna que otra regulación en el mercado de derivados, o de los préstamos. Y quitarnos de encima el empacho de liquidez que inauguro el anterior presidente de la Reserva Federal el señor Alan Greenspan.
(1)Poul Krugman, Análisis critico de M Friedman, publicado por El País del domingo.
(2)Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de Nueva York. El País, 25 de octubre de 2008
(3)Grundrisse p 317
Crisis financiera, material extra: http://retratodelinfierno.typepad.com/retratodelinfierno/2008/10/crisis-financie.html
Los artículos que este autor hubiera deseado escribir:
El crecimiento de la economía dual: la economía material y la virtual.
La regulación es necesaria, pero más de un cierto límite es una fantasía
La aparición de la ideología de la liquidez, en oposición a la de la deuda.