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Ayer he discutido con Amalia. Lo de siempre, la absoluta impaciencia por dejarme llevar a los territorios de la soledad. No he pensado que la convivencia implica un cierto gramo de acercamiento al otro. Los escritores somos una raza que vive en la intemperie. Me explico: vivimos dos vidas la real, cumplida y agresiva o relajada y hueca; dependiendo de quien de cartas y la suerte del que reciba. La otra, es tan diferente que el mito de Escarlata en lo que el Viento se Llevo se queda corta. Siempre imaginamos una frenética existencia que aparece desde los sueños, que por cierto, no son cándidos y se perciben cuando una olfatea la mierda. O, tenemos la fuente de los recuerdos –la inspiración-, que rebotan sin cesar en esa maquinaria del cerebro. Una, u otra vez, apareciendo pintados, coloridos, afeminados o con su carga de sufrimiento. Son inalterables, a lo sumo al escribir lo reinterpretamos fantásticamente, para deleite o consuelo del lector. Pero el escribir, para nosotros no es mas que una liberación de nuestro ser, a través de la manga grande y blanca de nata, que mueve con maestría el repostero.
Y por ultimo están las conversaciones o gestos que presenciamos. Dan varias vueltas, se combinan con la imaginación hasta ser un espejo de diferentes almas, que quedan en papel impreso o virtual. Más de este ultimo. En mi caso, soy escritor virtual. Es decir, un día desconectaran la electricidad y todo se habrá esfumado.
11:15
Zapatero lanza un plan preventivo de rescate de la banca. Los glúteos de mi vecina se adivinan en efímera crisis. De tanto darle al pico estamos como en la crisis del 92/93. Recuerdo que fui uno del millón de parados que se fue a la calle. Durante el año siguiente no encontraría ningún trabajo. Me ocupe de cuidar a mis dos hijos que tenían alrededor de 10 años. Fueron años malos e infames. Cuando comienza una crisis tal vez no seamos conscientes de cuando acaba, ni del gasto anímico que pertenece a cada individuo. Pero deberíamos decir que la crisis expresa los errores cometidos. Esta insistencia de Rodríguez Zapatero que su origen es en EEUU, da un mensaje poco tranquilizador. El millón de viviendas que como hormigas afanosas construimos: ¿en que cuenta la pondremos?.
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Aún tengo media pupila abierta, suficiente para recordar la famosa formula marxista que explicaba la economía: D-M- P - M´- D´. Tan sesudos eran-mos que la dichosa crisis se iniciaba en el afán del capitalista para producir mas (o sea P… producto) con el fin de obtener mas dinero o incremento de D (D´). Aquellos años las explicaciones tenían el valor de ser creídas. Los neo-marxistas y los liberales destruyeron la casa de nuestros sueños: el socialismo.
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