Esta mañana camino del trabajo no dejaban de repetirse, los últimos días de carnaval y por aquello de las asociaciones mentales apareció la famosa frase: “como las putas en cuaresma”. Debo confesar que no me había detenido ante el significado, siempre la interponía ante la carencia o escasez. Tal vez el final del jolgorio pagano, me situó ante la despedida del sexo o la lujuria. Sea por uno u otro, deberíamos convenir que para la tradición donde vivimos, la “abstinencia (en hebreo anneh, hissamor; en griego ἐγκράτεια; en latín abstinentia) es una renuncia voluntaria de complacer un deseo o un apetito de ciertas actividades corporales que se experimentan extensamente como placenteras. Generalmente, el término refiere a la renuncia a la cópula sexual, al alcohol o al alimento. (1)
Dicho esto, en la sociedad que vivimos, construida sobre una imaginación de los apetitos, es difícil hablar de la renuncia. No debemos invocar para ello el territorio íntimo de la sensualidad, sino el asalto a la nevera en las últimas horas de la noche, para comer una copa Danone. Inmenso territorio que se ha construido desde los años 50, en la sencilla espiritualidad del mono-humano. Nada queda fuera de esta tiranía. Los metros de sabor, nalgas o cómodas redondeces, o últimamente los músculos apolíneos de los adonis de turno están allí, a la espera de un mundo de satisfacción mental.
¿Y donde han quedado las putas en cuaresma?. Solas, muy solas. El individuo moderno, para solaz de su ego ha encontrado una terca medida: satisfacción en soledad.
Es en este abandonado terreno, en esta isla virtual de pan y cebolla, es donde surge la insatisfacción. La adrenalina de la competición por un trozo de pastel o tiramisú, les envía a la calle en busca de su ración, cada vez aparece, la falta de correspondencia entre el mundo de la publicidad y la realidad. Los sueños construidos en los años 50, que refleja tan bien la serie Mad Men, han sido desbordados.
¿Qué nos queda?. ¿Oropel y sermón?. Es una salida inviable. ¿Humanismo de izquierdas?. El foso de Stalin o Chávez no da para más.
Tan solo un re-equilibrio personal, efímero, lento, solitario. No hay recetas. El tiramisú produce ansiedad.
_La Cuaresma tiene cinco (5) domingos, más el Domingo de la Pasión o de Ramos, en cuyas lecturas los temas de la conversión, el pecado, la penitencia y el perdón, son dominantes.
(1)http://es.wikipedia.org/wiki/Abstinencia