Extraña cita. ¿o numero?. Pase lo que pase a esa hora uno debe recurrir a las supersticiones inversas. Una pata de conejo, un recuerdo positivo, o alguna otra enseñanza de la abuela. Estamos marcados por esquivar un mal augurio, o una salida en falso, pero siempre tendemos a encontrarnos con ese momento.
_Que es un gafe? _me pregunto ayer una alumna.
_Aquel que siempre acaba en un lio. Está gafado dicen algunos. Los argentinos utilizan una palabra más compleja –tiene la mufa. Y el extraño personaje va dando saltos dentro del laberinto de la mala suerte. ¿Cómo si fuera un bucle?. La palabreja informática define un sitio donde el soft vuelve a encallarse. Es que la vida, con sus continuos cambios nos remite a ello. A evitar un bucle y no caer en la tortura de lo negativo.
Pero, es difícil arrebatar a un lado, su opuesto.
Así será. O casi
Definición de la mufa:
“Justo a la hora en que River se preguntaba dónde había un triunfo... Justo cuando todos pensaban que no había caso... Justo cuando el vuelo entraba en zona de turbulencia... Justo cuando River, ni sin Fabbiani ni con Fabbiani, encontraba una alegría... Fue justo ahí, en el minuto 45 del segundo tiempo. Bien agónico. Bien infartante. Bien costoso, como todo lo de River últimamente.
Recién ahí, entonces, el Monumental entero pudo sacarse la mufa y soltar esa alegría contenida. Porque el Ogro la bajó con el pecho y el brazo y le dio al arco, Don no pudo retenerla y Buonanotte, en posición adelantada, la empujó al gol. Y fue triunfo mínimo en el debut copero ante Nacional de Paraguay. Y fue desahogo máximo. Y alegría. Y chau mala suerte...
Ganó River cuando otra vez ya parecía que no. Y fue justicia cuando de nuevo parecía otro empate”.
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