Este corazón del Mediterráneo. Es tan cercana, al final de los sentidos que uno cree haber desvariado. Su alegro ma non troppo, te recuerda que si vas camino de la muerte. Ese azul intenso que te rodea, debes avisar, antes de caer en un profundo olvido de la propia inteligencia. Es donde, los sentidos te dominan y al estar ese pecado, uno espera que el tópico de la mafia, te duerma en su violenta relación de dolor y celos.
Pero esta tierra es tan frenética, que se repone en el culto, de su adorada manera de comer, pasear y vivir la vida. Con amor, lascivia y sensualidad pasajera.
El culto a la tierra allí nos posee.
Tan fresca es su miel, tan verde su albahaca, tan crápula su sinuoso amarillo de espagueti, que si uno acierta a regresar a la razón. Aquello parecerá un sueño cargado de nostalgia.
Y, vitalidad angustiada.
Comentarios