Los plumas rojas, que leen en un blog que publico, siempre me ponen verde. Son los lectores, de este pequeño castillo medieval que es Cataluña. Este remanso de cohabitación está dominado en su cultura, medios y opiniones por los nacionalistas de izquierda –y derecha. Debo decir, que me critican por ser liberal. Y uno se vuelve cansino y harto ante argumentos del tipo: yo le amo –me refiero a su pensamiento único, y si no es tan leal, ¡váyase a su tierra!. Surgen al unísono con expresiones tales como: ¿Que se habrá creído este tío?, ¿de dónde ha salido?, y un sinfín de demoniacas soflamas, que recuerdan el carácter de “nouvingut” que nos rodea a los que disentimos.
Es una lástima. ¿O un arrebato de alegría en nuestro caso?. Poco puedo decir, las críticas no me resbalan. Debo confesar, que hasta aquel lector que es capaz de dejar un comentario, recordándome que la virgen existe:
“Ave María purísima, sin pecado concebida...
Sólo a la Virgen ha concedido Dios este privilegio, por estar elegida para ser la Madre de Dios.
Ave María purísima, sin pecado concebida...
La Virgen María desde el primer instante de su concepción, fue preservada del pecado original por los merecimientos salvadores de Jesucristo”.
Fuente: http://retratodelinfierno.typepad.com/retratodelinfierno/2005/04/virgen_mara_una.html
Hasta dicho lector, suele dar vueltas en mi cabeza durante alguna noche. Aun no entiendo aquellos que poseen 220 comentarios o más en sus post. Es imposible leer dicho material. Pero además se aleja del espíritu de dormir con uno de ellos, dando vueltas en mi almohada. Ya sabemos amigos, el ego del escritor se despierta a través de estas fabulas.
Pero la tribu es además de carne y hueso...
Me la encuentro al comprar el pan, o en el Mercadona. No se anuncian, son carne del seudónimo. Prefieren decir que uno es un mal chico, y ellos no lo son. Al estar escondidos detrás de un nombre que les proporciona no ser reconocidos.
Pero hasta en eso les doy la razón. Cuando en el cole hacíamos algo punible. El profe decía: ¿quien ha sido?. Nadie se levantaba, si Ud. o yo habíamos cometido la tropelía, pasábamos esos minutos de anonimato con fuego en el cuerpo. Éramos uno de la tribu, vitales y mezquinos. Arrabaleros en la acción, ocultos para actuar en la muchedumbre.
Vivimos un tiempo en que la osadía y el desenfreno esta vitalmente puesta en la tele, pero también, late aquel que es dueño de la sociedad y reparte escapularios ante la opinión libre.
Así es. O será.
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