Publico allí tres artículos a la semana, tengo otros tres hogares. El Pais en Madrid, él Le Monde en París y poseo una ermita sola y triste, que me recuerda los años de mi niñez: retratodelinfierno.typepad.com.
Pero a lo que iba, no soy solidario, ni pongo firmas para defender a los grupos mediáticos. Pero mire por donde, me gusta el Estado de Derecho. Y ayer mi última clase del viernes, intentaba ver con mis alumnos las antiguas conquistas. El fin del Despotismo ilustrado, la división de poderes, el Parlamento, etc. Por lo cual escribo este artículo para defender, aquello que jóvenes de 17 años están obligados a estudiar e incorporar.
Una generación rema detrás de otra.
La pausa, la intentan explicar los poderosos.
Nosotros, la anterior y la siguiente.
Escupimos en el mantel de seda del poder.
Dice el corresponsal de El Mundo –Ramy Wurgaft, 10 de octubre de 2009- que ayer comenzó a debatirse en el Senado la Ley de Medios de la pareja Kirchner, según su objeto, su fin es “los medios que monopolizan y distorsionan la información”. ¡Hermosa frase! Para sacar adelante la citada ley desde el poder actual de la República. Desde el poder se chantajea y compran los votos.
Dirá el corresponsal: “la senadora Dora Sanchez que había calificado la ley de –autoritaria y peligrosa-, cambio de opinión después de que la Casa Rosada se comprometiera a resolver los problemas financieros de su provincia”. A continuación cita otros votos tocados por la infame salud del gobierno, tales como Ramón Saadi de Catamarca, Guillermo Jenefes, dueño de un grupo de medios y así sucesivamente. O la mas peregrina decisión, intervenir Prensa Papel que es privada (49% de Clarín) y suministra de papel a todos los medios argentinos.
El poder es tan fatuo, que en su torpe intercambio de miserias, hasta utiliza la amenaza de las patotas -del que ya en su momento el General era un experto:
“Afuera tengo a mis muchachos, expertos en partirles la columna (vertebral) y hacerles saltar los ojos al que hable” dixit Guillermo Moreno, ministro de Comercio de la presidenta Kirchner.
¿Quién tendrá la última palabra?.
Nota 1: La libertad de imaginación diría:
_Saludos a la señora -dijo el camarero con sorna.
_¡Hijo de p…! Fue el amago de respuesta.
Aquella mañana los periódicos mostraban los titulares de la Ley aprobada por el Senado. Ahora su voz se oiría como debía ser. Ahora era el momento de preparar un nuevo mandato. Los días negativos habían acabado -en la República. Al llegar a casa, fue hasta la cocina y preparo su bebida preferida. Ella estaba recién levantada. Sorbió el mate. Su ruido dominguero y terco, hizo que sus estraticos componentes, situados al lado de una nariz dura y recia, saltaran de alegría. “¡Ya han dejado de joder los de… ¡” -dijo. “Les hemos amarrado de las pelotas” –respondió ella. Mientras se pintaba el fondo de uno de sus ojos. Aquello le daba una apariencia irreal. La bata cubría levemente las rodillas, ¿quizás?, de una noche ligera y glamurosa.
Nota 2:
Dirá El País el 11 de octubre de 2009: “El Kirchnerismo se apuntó ayer un importante triunfo al rechazar el Senado por 44 votos a 24 en contra, todas las enmiendas a la totalidad de la polémica Ley”.
Nota 3:
“La mayoría oficialista contó con el apoyo de los socialistas y de algunos grupos de izquierda, atrapados en el dilema de apoyar una ley que se presenta como icono de la izquierda, “defensora de la pluralidad y luchadora contra el monopolio” y que, al mismo tiempo, da más poderes al Gobierno al que ellos teóricamente se oponen”. El País, 11 de octubre de 2009
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