Un frío y calculador romano en la cúspide del poder prepara la venganza, o la próxima historia para divertir a su reino. Es depravado y cruel, o simplemente un hueco de la historia en los días de Roma. Mañana quemara la ciudad y sé ira con ella en el ocaso de su salvaje ira.
La historia hablara del malo, mientras más de un agradable ciudadano beberá su granizado de limón al ver los capítulos de la tele privada, que agradece el sexo y no esconde el morbo. Pero nuevos jerarcas se atizan. Como Berlusconi, un tipo de cabeza de fieltro y sexo suave y escondido, que ama el amor a las mujeres y se destornilla de risa al mezclar la política con el humor. O, el seno con la rodilla.
De grandes estómagos esta hecho el poder que llenan con pecado el rectángulo de la tele, para saciar la vida austera y gris de los millones de demócratas, quienes esperan al caer la noche su buena cicuta, antes de retirarse y soñar con pan para obtener sangre.En esta desagradable ciudad domestica y universal, la moto de nuestro repartidor lleva hojaldre con queso, o chorizo con rodajas de sabor a la época romana. La pizza se ha hecho universal y visita las casas y las mesas de nuestros adictos al morbo. Y la escena de Sado y poder de Nerón se ha deshecho en tiranillos románticos y millonarios que ocupan el poder de la Roma antigua.
Por ello, Berlusconi se mete en la cama y su té esta vacío. Sueña tal vez, amargo dejar el poder, pero antes su camarera de amor le escribe con milagro un nuevo deseo, en medio, una viagra da cal y fuego para el nuevo jerarca del Imperio.
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